Recordando el objetivo 1


 

Objetivo 5 - Lidera en la profesión y reina en el hogar


No es sencillo estar al día en el trabajo y organizada en el hogar. Pero es posible acercarse a ese ideal sacando provecho de la tecnología doméstica y de las aplicaciones que nos ayudan a ahorrar tiempo.

Para la profesión:

Hace muchos años que me uní a LinkedIn y, aunque reconozco que puede parecer tedioso completar todos los campos de un resumé, es importante hacerlo. mantener tu perfil actualizado ayuda a darte a conocer y colabora en la creación de contactos laborales que pueden ser extremadamente útiles. Unirte a grupos y participar en discusiones también es algo que deberías hacer.

Para que esté todo a mano y no tener tus documentos esparcidos en tus dispositivos sin orden ni concierto, lo mejor es utilizar la nube de la que ya hemos hablado: Google Drive, OneDrive, Dropbox, por ejemplo, son buenas soluciones para tener los documentos sincronizados y disponibles desde cualquier computadora.

Para instalar la oficina en tu teléfono, dispones de varias suites ofimáticas como Zoho, Google Docs y Office on line . ¡Ah, no hay que olvidar Docs for Facebook !

Hay cientos de aplicaciones y programas que completan esta lista que les estoy mencionando. Pero para realmente ser eficientes, no basta con bajar aplicaciones y llenar los dispositivos con cosas que no utilizarán: es necesario planificar, tener una estrategia de utilización, adaptar la tecnología a nuestras necesidades. Por eso propongo el coaching y training de tecnología.

Para el hogar

Indispensable para mi Google Keep en el teléfono, la compu y la tableta. Allí armo mis listas, ya sea escribiendo o dictándole al teléfono con notas de voz. A cada tarjeta que se crea le adjudico colores (como si fueran categorías), les agrego casillas de verificación, establezco alarmas... Si veo algo que me gusta le tomo una fotografía y queda guardado en Keep. Entonces, mientras voy viajando o tengo un rato de espera en una fila o consultorío, organizo las tareas del hogar con mi teléfono.

Recetas de cocina, cumpleaños y aniversarios, compras online, servicios para la casa... todo lo manejo con aplicaciones. Y así me queda tiempo libre para utilizarlo en cosas que realmente me interesan.


Objetivo 4 - Domina las redes sociales


Y pensar que hace diez años atrás no existía Facebook.

¿Te acordás cómo eran las cosas entonces? Creo que muchos han perdido la dimensión real del impacto de Facebook en la vida diaria. Hace diez años no sabías lo que le pasaba a tu antigua compañerita de quinto grado de la primaria, ni veías las fotos de la cuñada de tu prima, ni conocías la vida doméstica de las estrellas ni organizabas reuniones con parientes que viven en el otro extremo del mundo.

Y si ampliamos un poco más el espectro e incorporamos otras redes, veremos que ahora estamos linkeados de una manera sin precedentes. Están las redes focalizadas en lo laboral, como LinkedIn; las que se centran en compartir fotos, como Instagram; las que se basan en compartir imágenes de cosas que nos gustan, como Pinterest. Redes cuyo eje temático es la música, como SoundCloud.
Y si ampliamos más e incorporamos redes de microblogging, como Twitter y agregadores de contenidos, como YouTube y Wikipedia, tenemos un universo inabarcable.

Redes de turismo, redes de moda, redes de libros y redes de mascotas. Hay redes para solteros, para swingers y para gays. Redes para académicos y redes para compartir todo tipo de intereses.

Pero básicamente, lo que hay que saber en cualquiera sea que elijamos utilizar, es que si no queremos que algo se descubra, no tenemos que postearlo. Una vez que publicas (que haces público) se fue de tus manos y quedó en el hiperespacio.

Pero las cosas no son tan terribles; solo hay que conocer las reglas básicas de cada red y los principios generales para manejarse en cuestiones vinculadas a la privacidad.

Te invito a que veas este post vinculado a Twitter y que escuches este audio.

Objetivo 3 - Domina tu computadora y tu tableta

Bueno, bueno, bueno… El Gran Aparato que se incorporó a nuestras vidas y es un artefacto más en el hogar y un elemento de nuestra cartera o maletín de trabajo. Grandes de escritorio, medianas y portátiles, pequeñas y delgadas, todas ellas nos ayudan y muchas veces, nos desesperan. Son ellas, las computadoras.
¿Cuáles son los grandes temores al tener que lidiar con ellas? Que se rompan, se borren los programas, se recalienten, se traben… Tenemos temores adquiridos a través de experiencias con otro tipo de artefactos.
Lo importante es tener en cuenta algunos puntos concretos:
- Primero, hay que distinguir entre los grandes universos de los sistemas operativos. Seguramente conocerán computadoras que funcionan con Mac (Apple), las que funcionan con Windows (Microsoft) y las que utilizan Linux. Pero, les cuento, existen muchos sistemas operativos más. Básicamente, el sistema operativo es el alma de la computadora, aquello que la hace funcionar. Por eso debes saber con qué sistema operativo funciona tu computadora para cuando el técnico te pregunte ante tu consulta.
- Segundo, cuando compres una computadora, debes fijarte en su procesador, el tamaño del disco rígido y la resolución de pantalla. Más allá del color y el modelo éstas son las cosas que interesan tecnológicamente hablando.
- No te asustes si se borra algo: por lo general, es muy difícil que borres un programa por equivocación, y si así fuera, se vuelve a instalar. Se puede restaurar el sistema a un punto anterior.
- Recuerda siempre que la computadora hará lo que le indiques. Si les das muchas órdenes al mismo tiempo, no sabe qué hacer y “se cuelga”. Si aprietas una tecla y de inmediato otra y haces click en otro lado y aprietas enter y actualizas… la pobre máquina se confunde y no comprende qué hacer primero. La computadora (salvo que tenga un virus) hará lo que tú le digas que haga.

Las tabletas
Importante cuando te “encuentras” con una tableta: ¿tiene sistema operativo Android, es un iOS (iPad), un Blackberry Tablets OS o Windows RT? Según cual sea su sistema operativo será el “mercado” desde donde bajarás las aplicaciones.
Éstas (las aplicaciones, apps) son las vedettes de la tableta. Ellas pueblan el artefacto y te hacen jugar, trabajar, descansar, controlan tu salud, planean tus viajes y te recomiendan qué cosas puedes leer. Si tienes una tableta que funciona con Android (o un smartphone que tiene Android), por ejemplo, vas al Google Play Store y podrás revisar miles de aplicaciones. Reconozco que son mi debilidad. Todos los días instaló cantidades de ellas, las pruebo, veo si son útiles… Si sirven, las mantengo. Si no, las desinstalo.
Tengo algunas manías en el uso de las tabletas. Por ejemplo, destino cada pantalla a un área específica de mi vida: una pantalla para trabajo, otra para estudio, otra para mis relaciones personales y otra para diversión. Las aplicaciones están correctamente ordenadas para su mejor uso; incluso he creado carpetas para aquellas cuestiones en las que me han gustado varias aplicaciones.
Así, nunca salgo de casa sin mi smartphone y mi tableta. Ellos más un cable USB y un cargador de batería me aseguran poder trabajar donde sea (en el mall, una confitería, la plaza o la sala de espera del médico). Por supuesto, tengo mis aplicaciones sincronizadas en todos mis dispositivos y con carpetas en la nube.

Objetivo 2 - Domina tu smartphone

           Nuestro teléfono ya es como una prolongación de nuestro brazo. Allí, sostenido por la mano durante gran parte de nuestras horas de vigilia, reside el robot más familiarizado con nuestra forma de vida. Nos ayuda a comunicarnos con nuestra familia, amigos y relaciones de trabajo; toma fotografías de momentos que deseamos recordar; nos vincula a través de redes sociales; puede despertarnos en las mañanas, guiarnos con mapas e indicaciones; mostrarnos videos, programas de radio y canales de TV. Con él podemos jugar, escribir recordatorios y grabar mensajes. Y muchas otras cosas más. Digo “podemos”… pero no todas se animan a sacarles el máximo provecho.

                Los smartphones pueden ser productos de distintas empresas y tener diferentes sistemas operativos. Para explicarlos fácilmente, imaginemos que los smartphones son personas. Algunos pertenecen a la familia Android, otros a la familia IPhone, otros a la familia Blackberry o Windows Phone…

                Por fuera son teléfonos móviles, pero su forma de ser no es igual. Lo que los hace funcionar es su sistema operativo (el sello de su familia) y ésta (como decíamos) puede ser Android, IPhone, Blackberry…

                Cada familia trata de que sus miembros se luzcan en sociedad y entonces desarrolla una serie de cualidades y confecciona un conjunto de elementos para verse bien… y tratar de ser la mejor. Así, desarrollan aplicaciones que pueden ser utilizadas por la familia. Por eso, muchas veces vemos aplicaciones que solo funcionan en Android. O solo en IPhone. O que son imposibles de instalar en Blackberry. Tambien inventan aplicaciones que pueden utilizarlas los integrantes de otras familias, sin importar que se llamen Android, Blackberry, IPhone: estas aplicaciones funcionan en todos ellos.

                Lo primero que debes averiguar cuando compras un teléfono es qué sistema operativo tiene. Debes averiguar si es IPhone o es Android o es Blackberry o Windows Phone.

                También debes fijarte la memoria interna y la memoria RAM. La memoria interna sirve para almacenar los archivos (vídeos, fotos o música). Aquí además se guarda el sistema y las apps que instalamos.

            La memoria RAM es una memoria temporal. Es decir, es donde el teléfono guarda los programas que tenemos abiertos en el momento. Por ejemplo, WhatsApp siempre está operativo, por lo tanto ocupa espacio en ella. Si abres al mismo tiempo Facebook, Twitter y Whatsapp, tendrás mucha memoria RAM ocupada y el teléfono se torna lento.

            En algunos teléfonos podemos expandir su memoria interna colocándole una tarjeta SD.

            Es importante tener una buena memoria interna y RAM, sobre todo si decides utilizar tu teléfono como oficina móvil. En mi caso, como trabajo a distancia con mis clientes, mi oficina se organiza donde quiero en ese momento: solo necesito mi teléfono, que está dotado de aplicaciones para que funcione como mi computadora.

            Resumiendo:
·         - Conoce tu teléfono
·         - Averigua cuál es su sistema operativo
·         - Averigua su memoria interna y memoria RAM
·         - Visita la tienda de aplicaciones correspondiente al sistema operativo
·         - Explora las aplicaciones que mejor sirvan a tu actividad




Objetivo 1 - Vence el temor a la tecnología

Ay, ladies. La sola imagen de un aparato doméstico en su caja nueva, con los cables de conexión y el manual de instrucciones, paraliza a más de una. Un teléfono a estrenar, en su moderna caja minimalista, diseccionado en una limpia autopsia donde están por un lado la batería, la tarjeta de memoria por el otro, varios folletos indescifrables, pueden provocar pánico.

                Lo primero que suele venir a la mente es: “Que lo arme mi marido”; “Que le cargue las cosas mi hijo”; “Le pregunto a mi novio”; “Mi sobrino me va ayudar”…

                A ver, señoras y señoritas: ¿qué es lo que les produce temor, rechazo, locura súbita, panic attack? Mírenlo. Es un inofensivo aparato descansando en su caja. Un robot doméstico programado para hacer lo que precisamente le indiquemos. No piensa por sí mismo ni tiene un Jefe Supremo con órdenes maléficas en nuestra contra.


                Sin embargo, algo hace que, aún antes de abrir la caja y mirar su contenido, se tenga la certeza de que no sabremos cómo arreglarnos con él. Eso es temor. El temor ante la tecnología doméstica. Y como todos los temores, tenemos que trabajar para vencerlos.

                    Para comenzar de una vez a identificar esos temores, vamos a descubrir cuál es tu estilo frente a la tecnología. Te invito a que ahora mismo comiences completando este cuestionario.


Descubriendo estilos

Es muy importante que respondas con toda sinceridad cada pregunta para poder hacer un diagnóstico de tu aproximación a la tecnología doméstica y brindarte sugerencias personalizadas. No hay respuestas correctas o incorrectas, deseables o reprobables: hay formas diferentes de encarar las cosas.